“Platero, ¿habrá un paraíso de los pájaros? ¿Habrá un vergel verde sobre el cielo azul, todo en flor de rosales áureos, con almas de pájaros blancos, rosas, celestes, amarillos? Oye; a la noche, los niños, tú y yo bajaremos el pájaro muerto al jardín. A la primavera, Platero, hemos de ver al pájaro salir del corazón de una rosa blanca.” (Platero y yo, LXXXII, Juan Ramón Jiménez.)