En nuestros laboratorios de enseñanzas medias suelen encontrarse viejos barómetros de mercurio cuyos ajustes de goma o de resina se han deteriorado con el paso del tiempo, dejando que el metal se libere a la atmósfera lentamente, con la peligrosidad derivada de ello. Aquí proponemos un protocolo adecuado para recuperar el mercurio de tales aparatos, limpiarlo y llegado el caso, destilarlo, para posteriormente encerrarlo cuidadosamente y poder usarlo más adelante en experiencias.