En los últimos tiempos estamos asistiendo al crecimiento de la idea de conseguir una “educación abierta para todos”. Muchas son sus denominaciones: educación inclusiva, educación integradora, educación en la diversidad, educación para todos, etc. Todos estos términos mantienen una idea común; responder a las necesidades de todos los alumnos, con independencia de su naturaleza o grado de necesidad que presentan. Una educación sin exclusiones, en la que convivan y aprendan alumnos de distintas condiciones sociales, de diferentes culturas y distintas capacidades e intereses, desde los más capaces hasta los que tienen alguna discapacidad.
Para que esto llegue de manera práctica a nuestras aulas, es necesario realizar diferentes cambios: metodológicos, organizativos, etc...