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Este artículo va por vosotras: encargada del bar, administrativa, limpiadoras, ordenanzas, alumnas, madres, profesoras.
Las profesoras hemos sido siempre mayoría en nuestro centro. Hemos llevado a cabo nuestra labor conciliándola en muchos casos con el cuidado familiar. Por un lado hijos que requieren de nuestra atención desde que nacen hasta que alcanzan cierta seguridad e independencia y por otro lado los mayores que, en el ocaso de sus vidas, siguen ansiando ser acariciados por manos conocidas, ya con nombre olvidado.
Madres que han sido alumnas nuestras y que sueñan con un futuro para sus hijas mejor que el que ellas tuvieron o al menos con un mayor abanico de oportunidades donde no se sientan relegadas, ni obligadas a demostrar doblemente su valía. Son nuestro relevo; jóvenes, creativas, curiosas, apasionadas, comprometidas y conscientes del papel que quieren interpretar. Ya es hora de desterrar el temor a estudiar química, matemáticas o ingeniería y sin descuidar el arte, las letras o el pensamiento, ¿os imagináis qué bomba?
Alumnas, han pasado por el centro de todas las edades, condición y situación familiar. Algunas de ellas han vuelto a estudiar, a completar su formación con la idea de poder encontrar un trabajo o, con determinación, montar su propio negocio. Ya tenemos emprendedoras que han decidido desarrollar su trabajo en nuestra localidad. ¡Ánimo!
La sociedad va cambiando, el papel de la mujer también y las que llevamos algunos años en este centro podemos constatarlo. Nuestro empeño está en que alumnos y alumnas reconozcan el valor de las palabras "igualdad" y "respeto" y que este reconocimiento se haga efectivo. En el camino que queda aún por recorrer, lo fundamental es que la mujer, ahora niña, crea en ella misma, confíe en su poder y consolide sus fortalezas. Por cierto, ¿para cuándo una Directora en el IES Zaframagón?