Los Girasoles Ciegos

“Reverendo padre, estoy desorientado como los girasoles ciegos. A pesar de que hoy he visto morir a un comunista, en todo lo demás, padre, he sido derrotado y por ello me siento sicut nubes…, quasi fluctus…, velut umbra, como una sombra fugitiva”.

Esta obra, llevada al cine por Jose Luis Cuerda en 2008, trata de los horrores de la guerra y de cómo ésta puede llegar a aniquilar la esperanza y destruir al ser humano, incluso después de que la contienda acabe. Recoge las vidas de varios personajes, algunas de las cuales se entrecruzan durante el desarrollo de la novela. 

Estructurada en cuatro capítulos, muestra situaciones algo pintorescas, como el caso de un combatiente del bando vencedor que se rinde al ejército derrotado, o el de un condenado a muerte que se aferra a la vida al vislumbrar un atisbo de humanidad en sus verdugos, afligidos por la muerte de un ser querido.

Relata también situaciones más desgarradoras, como el caso de una pareja que huye, a punto ella de dar a luz, y cuyo destino queda plasmado en un estremecedor diario encontrado al acabar la guerra. Por último, la historia que da nombre al libro: una familia marcada por el activismo del padre y que furtivamente se niega a ser desmembrada, sobreviviendo en el engaño y la desesperación; pero quiere el azar que el intenso vacío de uno de los vencedores desencadene la tragedia anunciada.

De lectura rápida y dinámica, aunque sobrecogedora en algunas páginas, puede causar en el lector cierta desazón al principio, aunque una vez madurado el contenido, su mensaje oculta un canto por la vida, una denuncia a la barbarie y un alegato contra la desesperación.